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martes, 13 de octubre de 2009

COMO MEDITAR


LA MEDITACIÓN

LA GRAN AVENTURA INTERNA

¿Cuántas veces has sentido que necesitas descansar del correr incesante de la vida moderna? ¿Cuántas veces has querido salirte del ruido y entrar en el silencio, pero tus pensamientos no paran de repetir cosas que ya no quieres escuchar? Es muy común en nuestros días encontrarte tenso, malhumorado, apretado y no saber qué hacer para aliviar la situación. Estamos viviendo una vida de grandes tensiones que le exigen al ser humano una estabilidad muy grande para no caer en el tan temido estrés, mal común en nuestros días.

El hombre moderno, que es un gran ejecutor, ha olvidado introducirse en sí mismo, ha olvidado ir al lugar en donde está su mayor fortaleza y su fuente de sabiduría. La vida moderna parece estar hecha para evitar, en todo momento, la mirada interna. Se han alcanzado grandes logros en el campo de la tecnología pero no sabemos introducirnos en nosotros mismos, no sabemos buscar la fuente que nos calma la sed y nos da el equilibrio necesario para vivir mejor.

La gran aventura interna comienza con la meditación. Esta es la puerta de entrada a los parajes secretos de tu mundo interno. Es el método que te lleva al contacto con tu propia fuente de vida. Cuando decides meditar, estás encaminándote al reino de la luz y del amor porque solo, en lo profundo de tu corazón, encontraras el equilibrio y la felicidad que has estado buscando.

La meditación se ha definido de muchas formas. Vamos a darte una formulita fácil de entender. Decimos que meditar es hacer que tus emociones y tu mente guarden silencio para que puedas escuchar la voz del alma, de ese ser maravilloso y divino que eres en verdad. Por lo tanto, el objetivo de la meditación es hacer contacto con el alma. Allí está la fuente de sabiduría y de verdad, allí está el amor que se da sin pedir nada a cambio, allí están la fortaleza, el poder y la voluntad. Son tus tesoros, los de verdad, no como aquellos de hierro y de plástico, de cemento y de vidrio, de piedras y metales; y están compuestos de una sustancia muy sutil que tiene la particularidad de no desgastarse o acabarse; nadie te los puede robar y no se devalúan.

Cuando, a través de la meditación, te pones en contacto con tu alma, tu vida comienza a cambiar. Es como si abrieras una llave por donde fluye una energía muy especial que tiene el poder de hacer nuevas todas las cosas. Algo parecido a cuando te enamoras. Tú sabes lo especial que es estar enamorado. La calle vieja de repente es la más bonita porque te conduce a la reunión con el amado o la amada, el sol parece que alumbra mucho más y las estrellas toman un nuevo brillo. Nos inspiramos y sorpresivamente nos hacemos poetas.

Creo que todos estamos de acuerdo en que estar enamorado es estupendo. Si observas bien te darás cuenta que el amor contiene el poder de hacer nuevas todas las cosas porque, cuando nos enamoramos, vemos las cosas distintas, encontramos belleza en todo. Y hasta nosotros mismos expresamos la belleza a través de la mirada, los gestos y el rostro.

Esta misma transformación ocurre cuando, por medio de la meditación, hacemos contacto con el alma. Es tan notorio que si tienes un espejo cerca y te observas al momento de salir de la meditación, lo vas a notar. Y lo van a notar también tus familiares y amigos porque, como el amor, el contacto con el alma no se puede esconder, se nota.

¿Porqué es así? ¿Porqué el parecido? Porque el alma es la fuente de todo tu amor y hacer contacto con tu alma es como hacer contacto con tu otra mitad, con eso que te falta para sentirte completo.

Dios es amor y el alma es un pedacito de Dios. Es tu parte divina. Y es también la parte divina de todos. Lo divino en ti es lo mismo que lo divino en todos los demás seres humanos. Es como una corriente de energía divina, de luz líquida que fluye en todos. Somos partes de un todo mayor que llamamos Humanidad y este hecho es la base real de la fraternidad humana. No es una razón sentimental, es un hecho. Por eso es que cuando un ser humano hace contacto con su alma, el amor aflora como algo natural y se ama a todos los seres porque se hace contacto con esa corriente de vida y de amor que nos hace sentir uno con todos los demás.

El problema del ser humano es que se ha identificado con su personalidad, compuesta por su cuerpo físico, sus emociones y su mente, y se ha olvidado de quién es en verdad. Con la meditación recuperamos la memoria de nuestro origen divino y nos salimos de la memoria del reino animal que nos hace creer en la muerte, en la carencia, que nos hace ser posesivos y egoístas, nos limita con su sentido de propiedad y posesión y nos encierra en nuestras pequeñas propiedades privadas cuando todo el universo es nuestro patrimonio.

Con la meditación comienzas a descubrir tu verdadero mundo. Un mundo de armonía y belleza, de luz y amor, de fuerza y sabiduría. Un mundo que es tuyo; sólo tienes, simplemente, que decidirte a entrar y, poco a poco, los esplendores de tu alma comenzarán a introducirse en tu vida diaria.

LA RELAJACION

Como paso previo a la meditación, es muy importante aprender a relajarte. Observa cuán tenso puedes estar en algunos momentos del día. La vida moderna con sus incesantes prisas, nos induce a contraernos en exceso, por tal motivo, el relajarnos es casi tan necesario como comer. De esta manera podemos soltar las tensiones que suelen convertirse en insidiosos venenos que nos enferman o nos hacen sufrir.

Hay un ejercicio muy bueno que puedes hacer muchas veces al día. Por un minuto suelta lo que estás haciendo, retírate a una habitación tranquila y acuéstate en el piso o sobre una cama con los brazos y piernas relajados. Imagínate que te sumerges en un océano de luz. No pienses en nada, quédate sumergido en la luz. Cuando te levantes, te habrás recargado. Puedes también pararte frente a una ventana y con los brazos abiertos respirar profundamente, imaginándote que inhalas luz y exhalas todas tus tensiones. Lo repites varias veces y luego, con el poder de tu imaginación, visualizas que la luz circula a través de todas tus células y de todos tus órganos y al exhalar la dejas salir para iluminar, alumbrar y ayudar al mundo entero.

Como preparación para la meditación puedes hacer el siguiente ejercicio: te acuestas en el piso y tensas todo tu cuerpo. Como si trataras de entrar en el piso, por un minuto, empujas tu cuerpo hacia abajo. Entonces, empezando por los dedos de los pies, vas soltando, parte por parte, todo tu cuerpo, hasta llegar a la cima de tu cabeza, mientras imaginas que una luz blanca y resplandeciente te rodea y te penetra.

LA CONCENTRACION

La concentración es el arte de mantener tu mente en el lugar que conscientemente le destinas. Desarrollar la concentración no sólo te ayudará a lograr una más profunda meditación sino que te permitirá utilizar tu mente más eficientemente.

Puede suceder que cuando quieras meditar comiences a pensar en otra cosa completamente ajena al tema de la meditación. La técnica para poder superar esta situación consiste en observar el pensamiento que viene a tu mente sin resistir ni pelear. Si te molestas, le das fuerza y no te puedes liberar de él. Si te quedas simplemente observándolo, solito se va.

Si quieres desarrollar el poder de la concentración en la vida diaria, puedes hacer los siguientes ejercicios:

a.- Observa un lugar y luego trata de recordar lo que has visto, incluyendo todos sus detalles.

b.- Cuando escuches música, sumérgete en la melodía sin pensar en otra cosa y trata de distinguir los diferentes sonidos que la componen.

C.- Observa un objeto cualquiera, puede ser una vela, una flor, un árbol. Cada vez que tu mente piense en otra cosa, amorosamente la vuelves hacia el objeto.

Los ejercicios de concentración son muy sencillos. Lo importante es la perseverancia que tengas. Si te esfuerzas, los frutos recompensarán, con creces, tu trabajo.

ANTES DE MEDITAR

1. ASÉATE. Si te das cuenta de que cuando meditas entras en contacto contigo mismo, sentirás el deseo natural de estar muy limpio. Es muy recomendable darse un buen baño antes de meditar. Pero no termines la limpieza con el cuerpo físico, limpia también tus emociones y tu mente. Es fácil. Lo puedes hacer con la ayuda de los elementos. Si cuando te duchas bendices el agua y le pides que de la misma manera que limpia tu cuerpo, limpie y purifique tu cuerpo emocional verás, que al salir del baño, quedas sintiéndote muy liviano. Puedes inclusive, con el poder de tu imaginación, visualizar el agua como si estuviera cargada con partículas de luz multicolor. Luego, ve cómo están tus pensamientos. Si puedes exponerte a una brisa, pídele al viento que limpie tu mente e imagínate que ese viento arranca de ti todo pensamiento negativo. Si no puedes exponerte a una brisa, simplemente imagínatela y pinta la brisa de luz blanca.

Es muy probable que, debido al ritmo de la vida moderna, no puedas ducharte, ya sea porque vas a meditar en el tiempo libre en tu trabajo, en el autobús, o en algún otro lugar que no es tu casa. No te limites por ello, simplemente imagínate que te estás duchando y le pides a los ángeles que te limpien y purifiquen.

2. BUSCA EL LUGAR APROPIADO. En tu casa debes tener un lugar, aunque sea muy pequeñito, que lo dediques a tu meditación. Será tu rinconcito de luz. Lo limpias muy bien y le pides a los ángeles que mantengan ese lugar consagrado a Dios. Puedes poner plantas o flores, pero que sean naturales. El plástico no tiene la vibración de una planta viva y por lo tanto no atrae a los ángeles. Este lugar se irá llenando de la sustancia etérica de tus pensamientos y sentimientos y así irás creando, en el mundo invisible, un camino de fácil acceso a la esfera de tu alma. Notarás, a medida que pase el tiempo, que cuando meditas en ese lugar, se te hace más fácil acceder a tu mundo interno. En los hogares, estos lugares se convierten en una bendición para sus habitantes.

3. RESPIRA COMODAMENTE. Antes de empezar tu meditación, observa tu respiración. No le quieras imponer un ritmo específico, simplemente respira cómodamente pero tratando que sea de una manera profunda y natural. Ten presente que la respiración, unida a ideas luminosas, aporta beneficios incalculables para la vida intelectual, emocional y física.

4. USA ROPA COMODA. Es muy difícil meditar cuando te aprieta la ropa, por lo tanto, suéltate todo lo que te aprieta. Es preferible utilizar tela de alguna fibra natural, como lo es el algodón, el lino o la seda. Estas recomendaciones son, simplemente, para ayudarte a que la meditación sea más fácil pero de ninguna manera son imprescindibles. Puedes meditar con cualquier tipo de ropa. Son muchos los que prefieren meditar vestidos de blanco. Es cuestión de preferencias.

5.UBICATE EN UNA POSICION ADECUADA. No te acuestes porque te vas a quedar dormido. La mejor posición es sentado cómodamente en una silla con la espalda derecha y la cabeza con el mentón ligeramente inclinado hacia adelante. Si puedes sentarte en el piso sobre un cojín, con las piernas cruzadas, en la posición de loto o medio loto, es muy recomendable, pero para la mayoría de nosotros resulta muy incómodo. No se puede meditar si estás incómodo, si te duele una rodilla o se te durmió la pierna. Por lo tanto, la clave aquí es la comodidad, de manera que tu cuerpo físico no te moleste durante la meditación.

6. NO COMAS ANTES DE MEDITAR. Es más difícil meditar cuando estás haciendo digestión; por lo tanto trata de meditar antes de comer. Y muy importante, no medites cuando has ingerido alcohol. Es muy dañino y peligroso.

7. USA SOLO PERFUMES SUAVES Y NATURALES. Si te gusta perfumarte, puedes usar aceites esenciales, ya sean de rosas, eucalipto, o cualquier otro aroma suave, pero ten cuidado con los perfumes muy fuertes porque pueden estimular los centros inferiores y producir resultados distintos a los que estás buscando.

8. MEDITA PREFERIBLEMENTE EN LA MAÑANA, antes de la salida del sol. Para los madrugadores, el beneficio es muy grande. A esa hora la atmósfera está menos cargada de corrientes de pensamientos y el prana es más abundante. El mediodía también es muy bueno, pero se puede meditar a cualquier hora aunque es mejor meditar de día que de noche.

9. ANTES DE MEDITAR NO TENGAS RELACIONES SEXUALES. Permite que pasen por lo menos seis a ocho horas. Tu cuerpo no está en condiciones de desgastar más energía y como la meditación te exige una energía que no tienes disponible, puede ocasionarte trastornos.

CUATRO CLAVES

I - VIGILA TU INTENCION

La intención es como la energía que se le da a una flecha cuando es lanzada al espacio. Ella contiene el deseo y la decisión y algo que va a determinar el éxito, la dirección. Esto es muy importante en la meditación porque si verdaderamente quieres meditar, que es hacer contacto con tu alma, y le das una dirección egoísta a la energía que pones en ello, nunca vas a llegar a tener un éxito completo. El alma es la fuente de todo amor, en ella no hay una pizca de egoísmo. El servicio, el darse en bien de los demás, es su instinto, así como el deseo de autosatisfacerse es el instinto de la personalidad. Por lo tanto, cuando vamos en pos del contacto con el alma, tenemos que tener una intención que no contenga elementos de egoísmo para que nos impulse en la dirección correcta.

Si quieres meditar para sentirte bien, de seguro que al hacerlo lo vas a lograr, te relajarás, ganarás fuerzas y hasta gozarás de buena salud, pero no habrás hecho un verdadero contacto con tu alma que es la que guarda los más grandes tesoros para ti. Querer sentirse bien es bueno y hasta un deseo genuino, pero no es la correcta intención que debes tener al meditar porque contiene un poquito de egoísmo. Pero si tu intención es servir a la humanidad, ayudar al planeta, hacer algo para que el Plan de Dios se establezca en el mundo, entonces la dirección que toma tu energía, al no contener nada de egoísmo, es la correcta y te va a permitir un contacto con tu alma mucho más directo y en menos tiempo.

Si tienes presente que eres parte de ese gran todo que llamamos humanidad, puedes introducir en tus actividades el sentido de que cada cosa que mejoras en ti, mejora a la humanidad. Este pensamiento te ayuda a lograr la correcta intención que es la energía dinámica que te impulsa a lograr la meta trazada.

Hay un sabio tibetano que definió el pecado como pérdida de tiempo en el proceso de evolución. Con la correcta intención ganamos tiempo...

Esta es una clave muy importante, no la subestimes, aquí radica gran parte del éxito de la meditación. Entonces, lo primero a tener en cuenta es la correcta intención. Antes de empezar a meditar puedes decir la siguiente plegaria:

Amado Padre Celestial, quiero servirte a través de mi meditación.

Que mis energías sirvan para aumentar la luz en el mundo.

Que mi amor vaya a aliviar los corazones necesitados.

Que todo lo que pueda lograr como fruto de esa meditación sea para tu Gloria.

Puedes usar cualquier otra oración que contenga la idea del servicio. Hasta un pensamiento bastará si se hace con profundo sentido. Existe un mantram que es muy poderoso porque contiene una fuerte intención hacia lo divino y es utilizado por los discípulos que sirven intensamente el Plan.

En el Centro de la Voluntad de Dios permanecemos.

Nada ni nadie, ni siquiera nosotros mismos, podrá jamás apartar

nuestra voluntad de la suya.

Complementamos esa voluntad con el amor.

Nosotros, el triángulo divino, por amor a nuestros hermanos,

en el cuadrado servimos.

El triángulo representa al alma, tu parte divina y el cuadrado a tu personalidad. Esta afirmación dice que te comprometes a trabajar como alma en el mundo de los hombres. Es muy probable que no signifique mucho para ti en un principio pero, a medida que avances en tu meditación, verás como asumirá un significado muy grande y se convertirá en una corriente de energía que te conducirá al lugar ... donde la voluntad de Dios es conocida.

II - MEDITA EN GRUPO

Esta es otra de las grandes claves para la meditación. Fíjate lo que sucede. La conciencia que tiene el alma es una conciencia grupal con capacidad de acceder al todo del cual es parte, y la conciencia de la personalidad es una conciencia individual, que no va más allá de la persona. Este es el motivo del porqué a mucha gente se le hace tan difícil meditar. No quieren dejar de lado su conciencia de individuo y con ella quieren hacer contacto con su alma que no tiene ese tipo de conciencia. Es una contradicción. Es como querer nadar en contra de la corriente. Uno se cansa mucho. Cuando meditas solamente pensando en ti y en el beneficio que vas a obtener, estás tomando un camino muy largo y con muchos ramales. En cualquiera de ellos te puedes perder. Puedes entrar al mundo del astralismo, ese mundo emocional de espejismo y distorsión, en donde están todas las imágenes creadas por la emoción humana, como las imágenes que ves en el cine. El problema radica que en el cine tú sabes que lo que ves es una mera proyección, una película, pero cuando éstas imágenes aparecen en tu mundo interno, producto del contacto con el plano astral o emocional, te confundes y crees que son reales y son también, al igual que en el cine, meras proyecciones. También te puedes perder en las mil y una veredas del plano mental de la humanidad y sus elucubraciones, que te hacen creer dueño y señor de la verdad. Si te introduces en esos caminos tortuosos no quiere decir que te condenas, simplemente pierdes mucho tiempo, mientras tu alma espera por ti. La meditación grupal es como una inmensa avenida de luz que te conduce directamente al reino del alma, más allá de la emoción, más allá de la mente.

Es muy importante que distingas la meditación grupal del hecho de juntarte con tus amigos a meditar. En la meditación grupal comienzas a tomar conciencia de que tus compañeros y tú son una misma cosa, son la Humanidad, y te fundes con ellos, sin distancias ni diferencias. Meditación grupal es disolver las fronteras de piel, de sentimiento y de pensamientos que nos separan de nuestros compañeros para formar un organismo nuevo, producto de la unión de todos. Es perder, por un momento, la conciencia de separación para disolvernos en la gran fraternidad humana.

La personalidad suele estar temerosa de la conciencia grupal porque cree que, en ella, puede perderse. Había una vez una gotica de agua que se encontraba temblorosa, frente al mar, porque tenía miedo de perderse en el gran océano y sabía que si se quedaba fuera, el viento la iba a secar. Temerosa se lanzó y cuál sería su sorpresa al comprobar que ella era el mar. Esto mismo le sucede al individuo que teme perderse en la conciencia grupal; cuando por fin decide lanzarse a esta gran aventura interna, se expande tanto, tanto y tanto, que se da cuenta que en vez de perderse, lo que hace es crecer.

Cuando medites en tu casa, en la soledad de tu lugar preferido, únete mentalmente a tus compañeros de manera que le des a tu meditación la dimensión grupal que tanto ayuda a acceder a la conciencia de tu alma. Puedes elegir a un amigo especial, a todo un grupo, a todos los discípulos de los diferentes Maestros, a toda la humanidad. Como prefieras.

III - HAZ UN VACIO

La forma más efectiva de meditar y hacer contacto con el alma es haciendo un vacío. Soltando, con cada exhalación, todo aquello que nos preocupa, que nos limita, que nos aprisiona, que de alguna forma nos mantiene atados al diario vivir. Es soltar todos los apegos, tanto los malos como los buenos. Es quedarnos simplemente en contacto con la vida, sin pensamientos, emociones o acciones.

Un vacío es un espacio neutro. En nuestra mente, el intervalo entre dos pensamientos es la zona neutra que permite la entrada de ideas superiores que no están condicionadas por el pensamiento de todos los días. Porque si estás repitiendo pensamientos, los nuevos no caben, no llegan. Por lo tanto, sólo en los espacios vacíos de la mente, en los intervalos, es que se produce lo que se conoce por inspiración.

El vacío, el espacio neutro, se produce en nuestra vida diaria cuando nos mantenemos en el medio de dos polaridades sin tomar partido cuando, siendo capaces de ver lo bueno y lo malo de ambas partes, nos situamos en el medio, sin defensa ni ofensa, sin juicio de ningún tipo. Inmediatamente se produce una energía que tiende a la armonía porque estás equilibrando los platillos de la balanza. Y lo mágico es que surge el amor como algo natural, porque el amor es la sustancia de los espacios neutros.

El punto culminante en la meditación se produce cuando en ella alcanzamos el vacío. Porque entramos en una zona neutra de la conciencia que nos permite el contacto con nuestra dimensión divina. Es como unir el cielo y la tierra. Porque en las profundidades de la materia, en sus espacios neutros, está la fuerza del Espíritu. Cuando alcanzamos un estado de profundo vacío, hacemos contacto directo con la divinidad desparramada por toda la creación y producimos redención en nuestra materia y en todo lo que nos rodea. Te recuerdo que redimir es imponer una vibración superior sobre otra inferior. De esta manera, estamos cambiando la cualidad de la materia, la estamos sutilizando.

Si en tu meditación, después de soltar tus apegos, expandirte y dejarte fluir libremente, visualizas un vórtice de energía que gira vertiginosamente y te metes en él y giras con él, puedes llegar al vacío más fácilmente. Acuérdate que siempre hay una gran diferencia entre visualizar y encarnar. Para llegar al vacío, tienes que convertirte en ese vórtice de energía, tienes que encarnarlo, sentirlo, vivirlo. De todas maneras, el hecho de visualizarlo es un primer paso, te ayuda a llegar al segundo paso, que es el verdadero.

IV - INVOCA A LOS ANGELES

Los ángeles son la sustancia misma de la energía. Ellos, en su infinito movimiento, van substanciando los éteres, dándole forma al pensamiento de los hombres. Toda creación requiere de la participación, tanto de los hombres como de los ángeles. Podemos decir que son nuestra contraparte. Se dice que el hombre piensa y el ángel construye. El ángel evoluciona amando para llegar a pensar. El hombre evoluciona pensando para llegar a amar. El reino angélico, en relación con el reino humano, es femenino, y el reino humano en relación con el reino angélico es masculino.

Los ángeles siempre están presentes en nuestra meditación, por eso es muy importante que trabajes conscientemente con ellos. Los puedes invocar para que te acompañen. Al ángel se le atrae con el amor y con la belleza. Unas flores naturales, un aroma sutil, una música que eleve la vibración, son elementos que permiten el acercamiento a los ángeles.

Es importante que notes la diferencia entre los elementales y los ángeles. Los elementales son los espíritus de la naturaleza, aquellas unidades de vida que son la energía detrás de todas las formas físicas. Ellos son grandes servidores de Dios; son la vida inteligente de la materia. Pero en la meditación, como lo que queremos es unirnos al alma, no invocamos a los elementales, sino a los ángeles que, habiendo salido de la etapa elemental, están en la línea evolutiva igual que nosotros. Ellos se dirigen hacia la gran Unidad y no hacia el mundo de la multiplicidad. Hay grandes ángeles, así como hay grandes hombres; hay ángeles Maestros, así como hay grandes Maestros.

Cuando el trabajo en la meditación se hace con la participación consciente de los ángeles, los resultados son siempre muy superiores. Se nos ha dicho que la nueva etapa humano-dévica (en Oriente a los ángeles se les llama Devas) difiere de las anteriores en la unión libre y voluntaria de los ángeles y los hombres, cuando ambos, con su aceptación mutua al trabajo, forman la ecuación perfecta. De esta manera pueden unirse tan profundamente que en el vórtice de energía no se puede distinguir donde empieza el ángel, dónde el hombre.

Los ángeles se están acercando a la humanidad. Este acercamiento está siendo presentido por todos. Vemos cómo hay un resurgir de la presencia angélica por todas partes. Encontramos libros, música, estatuas, pinturas, todo tipo de objetos inspirados en ellos. Si quieres en verdad profundizar sobre este tema, te recomiendo el tratado más completo que se ha escrito sobre los ángeles. Su autor es Vicente Beltram Anglada, quien escribió: Las Fuerzas Ocultas de la Naturaleza, La Estructuración Dévica de las formas, Los Angeles en la Vida Social Humana.

SOLSTICIO DE INVIERNO


SOLSTICIO DE INVIERNO

“REFLEXIONES SOBRE EL SOLSTICIO DE INVIERNO”

En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios (…) en ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron. Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan. Este vino para un testimonio, para dar testimonio de la Luz.” (Jn, 1: 1 y ss)

V\M\, QQ\HH\TODOS:

Este es el comienzo del Evangelio de Juan, el más simbólico y místico, el más influido por la filosofía que ya empapaba a los Esenios de Qumram1 como preámbulo del gnosticismo posterior y que, mediante el uso de parejas de opuestos, como la del binomio luz y tiniebla, se introduce en un discurso en el que predominan el concepto de unidad de todos los seres humanos y el convencimiento acerca de la necesidad ineludible del amor fraterno. No es por tanto casual que sus palabras presidan nuestras reuniones, y no lo es que estemos hoy participando en esta celebración.

Hoy que conmemoramos los Masones esta fiesta representativa de unión fraterna, quiero invitarlos a todos ustedes Q.: H.: que reflexionen sobre nuestros compromisos con el Gran Arquitecto del Universo y con nuestra hermandad, para que cada eslabón representativo de esta firme cadena se fortifique mas espiritual y filosoficamente, para bien de nuestra comunidad.

El evangelista Juan, junto a Juan el Bautista, son los patronos de la Masonería, como antes lo fueron de los gremios de canteros medievales; de ahí que a nuestros talleres se les llame “logias de San Juan”. Su nombre hebreo significa “Dios es misericordioso” o también “el que ha recibido la gracia divina”, es decir el iluminado, el iniciado. Su festividad en el mundo católico se celebra el día 27 de diciembre y está muy relacionada con la otra celebración joánica: la que cada 24 de junio rememora el nacimiento de Juan el Bautista. Son los llamados San Juan de invierno y San Juan de verano, que coinciden claramente con los solsticios o, lo que es lo mismo, con las fiestas planetarias de la luz.

Se trata de los dos momentos del año en los que la Tierra se encuentra más separada del sol al recorrer su órbita y, por ello, la declinación del sol se mantiene durante días casi inmóvil; de ahí el nombre de "solsticio", que significa en latín "Sol estático". El solsticio de invierno, que se produce el 21 de diciembre, es el día más corto del año en el hemisferio norte, cuando el sol alcanza a mediodía su punto más bajo en el cielo. Justo al contrario que en el solsticio de verano, que se produce el 22 de junio. Esta circunstancia fue pronto detectada por una humanidad, que ha puesto sus ojos y sus esperanzas en la bóveda celeste desde hace más de cuatro mil años. El sol se para, muda su rutinario devenir, agoniza y con ello se ve peligrar la esencia misma de la existencia de las diferentes culturas que nos precedieron, porque con la muerte del sol sobreviene la desaparición de todo lo viviente. Por el contrario, en verano la Luz triunfa finalmente sobre las tinieblas. No es extraño, pues, que estemos ante noches mágicas en buena parte del mundo: noches de brujas, de conjuros, de nacimientos divinos…

A los solsticios se les llamó también en la Antigüedad las puertas: las “Ianua coelli y Ianua inferni”, las puertas del cielo y del infierno que daban paso a cambios importantes en la Naturaleza. Y en nuestro templo, los solsticios son representados por las dos columnas que enmarcan la puerta que han de pasar los iniciados: la del Norte umbrío y gélido y la del Sur brillante y cálido, las mismas que marcan la marcha ascendente del aprendiz, mientras bajo la bóveda celeste los Maestros de Ceremonias y Experto emulan la órbita solar en su inmutable deambular dextrógiro.

Son las fiestas de la muerte y la regeneración de la vida, que entroncan con ciclos teológicos muy antiguos, como el de Osiris en Egipto. Se sabe que en la antigua Roma, en los solsticios primaba el culto al dios Jano, representado siempre como un individuo bifronte, es decir con dos caras unidas aunque opuestas entre sí y coronadas por la luna creciente, símbolo de lo mutable y perfeccionable. Jano el iniciador, el que abre las puertas y da acceso, aquel a quien se dedica enero, el mes con el que comienza el año. Fue recompensado por Saturno con la facultad de saberlo todo sobre el pasado y sobre el futuro, siendo así enteramente sabio en el presente. Es el prototipo de la persona iniciada, iluminada y dotada de conciencia plena. Jano es, según René Guénon2, el maestro de las dos vías, el señor del conocimiento y, por tanto, el que da acceso a los iniciados hasta los misterios. Fue el patrón de los buscadores de la luz del conocimiento, el protector de los nacimientos y de aquellos que iniciaban nuevas empresas. De ahí que el cristianismo lo identificase con el evangelista Juan, el iluminado que ha recibido el verbo divino en el pasado y que, como el Jano latino, plasmó simbólicamente el futuro en su Apocalipsis.

Pero más allá de lo religioso, y desde una perspectiva enteramente masónica, podemos profundizar aún más en el símbolo joánico. Como dice Juan Carlos Daza3, el evangelista Juan representa al masón en recogimiento al encuentro de su luz interior, como el invierno supone la mengua de la luz solar y la vida en letargo ante la hostilidad del mundo exterior. Para nosotros el Solsticio de invierno no es otra cosa que el descanso fecundo de la tierra, que mañana producirá hermosos frutos. Es el reposo necesario para ordenar nuestro propio universo y alcanzar mañana las metas esperadas. Así, a solas y libres, podemos aspirar a elevarnos espiritualmente y penetrar en los misterios de la perfectibilidad individual y universal del Ser Humano. Por el contrario, Juan el Bautista simboliza el masón en expansión y en comunión con todo lo creado, como el verano es la explosión de la luz, del fuego y de la vida que fructifica.

Los dos San Juan representan a aquellos que han decidido purificarse, cambiar y encauzar sus vidas bajo una nueva luz: el evangelista propone la transformación por medio de la palabra y el conocimiento, mientras que el bautista lo hace con la acción, con la purificación bautismal por el agua. Representan así el mundo de las ideas y el espíritu, por un lado, y el de la materia y la acción por el otro o, lo que es lo mismo, la escuadra y el compás que entrelazados dotan al iniciado masónico del equilibrio al que aspira.

No es de extrañar, por tanto, que Juan, los dos San Juan, tengan tanta importancia simbólica para la Masonería, y de ahí que tradicionalmente se celebren de manera especial y solemne las fiestas solsticiales: juntos y en compañía de nuestros seres amados. Y es que, además, el Solsticio de Invierno nos recuerda nuestra propia iniciación, pues desde las tinieblas de las entrañas de la tierra pasamos a ser cegados por la claridad que emana desde el Trono de Salomón. En estas fiestas de la Orden, todos aquellos que han recibido la Luz y buscan la Verdad encuentran un motivo de alegría y de celebración en fraternidad.

HH\y HH\, carguemos nuestros cañones y elevemos los corazones al Arquitecto con el deseo de que, como en el día de nuestra iniciación, nuestras tinieblas sean desveladas y todos nuestros anhelos de perfección alumbren nuestros pasos en el año que comienza. ¡Que halla fuego, nuevamente fuego y siempre fuego!

Fraternalmente:

Q.:Q.: H.: H.: VICTOR HUGO VIDAL BARRIOS

SEG.: VIG.: LOG.: UNION FRATERNAL Nº 45-1

NOTAS ACLARATORIA ESCRITAS EN ROJO Y NUMERADAS:

ESENIOS DE QUMRAM1: Los Esenios eran una congregación judía, cuyo origen se remonta al hijo adoptivo de Moisés, llamado Esén, aproximadamente 1.500 años A.C. Sobre el origen de la palabra esenios se han tejido varias hipótesis: puede significar "santos", en griego oseeos, una referencia a "los piadosos" hasidei, en arameo hesé; o venir del hebreo, osei hacedores (de la Ley), eça consejo o assayya sanadores o terapeutas. El Talmud los llamó "bautistas matinales" (tovilé shahrit). Escritos árabes se refieren a ellos como magaritas, "de las cuevas".

Se ha especulado con que Jesús de Nazaret y Juan el Bautista tenían relaciones con ellos o incluso pertenecían a la congregación. Entre ellos se ha querido ver el germen del cristianismo y Renan llegó a escribir que "el cristianismo fue en gran medida el esenismo triunfante".

La Comunidad:

Tras la revuelta Macabea (166-159 a. C.), que habían apoyado pero cuyos resultados finales no compartieron, se retiraron al desierto para "preparar el camino del Señor", bajo el mando de un nuevo líder, el Maestro de Justicia.

Si alguien deseaba ser miembro de la comunidad (Yahad) debía ser instruido, aceptado y luego pasar dos años de prueba para ingresar definitivamente. A los que hacían el juramento y entraban en la comunidad se les exigía una vida entera de estudio de la Ley, humildad y disciplina. No volvían a jurar pues estaban obligados a decir siempre la verdad. Sus bienes pasaban a ser parte de toda la comunidad y, al igual que los frutos del trabajo personal, se distribuían según las necesidades de cada uno, dejando una parte para auxiliar a pobres, viudas, huérfanos, mujeres solteras de edad, desempleados, forasteros y esclavos fugitivos que, sin ser integrantes de la comunidad, requirieran ayuda. Se imponía también la observancia de un estricto código de disciplina, cuya base era la corrección fraterna mutua. Las mujeres no eran aceptadas dentro de la comunidad, y sólo los hombres podían ser miembros de ella.

Interpretaban la Ley, o mejor dicho, administraban la interpretación última de la Ley que había sido revelada a su fundador, a quien se hace referencia en sus escritos como el MAESTRO DE JUSTICIA. Este personaje, del que se sabe algo más gracias a los manuscritos del Mar Muerto, actuó, según la mayoría de los expertos, hacia el 150 a. C. y se habría opuesto al Sumo Sacerdote Jonatán, hermano de Judas Macabeo, al considerar que había abandonado la fidelidad a Dios. Sus seguidores marcharon a Qumrán, sitio que los integrantes de la comunidad llamaron Damasco. La arqueología muestra que la ocupación de Qumrán fue intensa del 103 al 76 a. C., durante los reinados de Aristóbulo I y Alejandro Janeo, quienes persiguieron cruelmente a sus opositores.

El esenismo no se limitó a Qumrán. Se sabe que en el siglo I en Jerusalén había un barrio esenio. Muchos esenios, unos 4.000, según Flavio Josefo, vivían en las ciudades, de una forma particular, pacifista, en comunidad de bienes, manifestando su doctrina. Según este autor, parte de los esenios no se casaban, pero otros por el contrario sí lo hacían. Entre estos últimos estaban los de Qumrán, que debían contraer matrimonio a la edad de 20 años.

La comunidad de Qumrán, se autosostenía con los trabajos agrícolas. En las ruinas es notable el número de depósitos de agua. Estos eran imprescindibles para las necesidades físicas de la comunidad en medio del desierto, pero también desempeñaban una parte importante de su ritual, que incluía numerosos lavados. Se sabe también que dentro de sus leyes y deberes los esenios eran vegetarianos.

Creencias:

Creían en la inmortalidad del alma, el Juicio Final y la resurrección. Consideraban verdadera la existencia, funciones y facultades de los ángeles. Al mismo tiempo sostenían la existencia de ángeles caídos. Para los esenios ningún humano tenía méritos para considerarse justo por sí mismo. Creían que solamente por amor de Dios podían las personas recibir perdón por sus pecados y que era la misericordia de Dios la que había permitido forjar una Nueva Alianza con Él a quienes se arrepentían y convertían.

Proclamaban que gracias al Espíritu Santo los convertidos podían entender la palabra de Dios, interpretar sus mensajes en las Escrituras y en la vida y profetizar. El pueblo les reconocía el don de profecía y el de sanación. Sus escritos se refieren a sanaciones por imposición de manos y al estudio de las propiedades medicinales de plantas y piedras.

Consideraban que los poderes humanos siempre oprimen y por lo mismo no participaban en las guerras:

¿Qué pueblo desea ser oprimido por otro más fuerte que él? ¿Quién desea ser despojado inicuamente de su fortuna? Y sin embargo ¿cuál es el pueblo que no oprime a su vecino? ¿Dónde está el pueblo que no ha despojado a otro de su fortuna?

Esperaban la era mesiánica cuyo advenimiento preparaban. En sus escritos de fines del siglo II a. C., se refieren a un mesías sacerdote y a un mesías rey, destacando la importancia del primero, en coincidencia con el origen sacerdotal de los fundadores de la comunidad. En sus escritos de los siglos I a. C. y I, la concepción mesiánica evoluciona hacia destacar al mesías rey, al mismo tiempo que se le atribuye filiación divina. Adquiere importancia la figura bíblica de Melquisedec, el sacerdote que perteneció al linaje sacerdotal.

MACABEOS: Relativo a los Macabeos (siete hermanos que, en la tradición cristiana, fueron martirizados junto a su madre).

Es un término de significado incierto: algunos lo hacen derivar del neoaramaico maqqOba (martillo), en referencia a la demolición de los enemigos o a una malformación de la cabeza; otros, de la raíz hebrea mqb (nombrar) con el significado de nombrado, elegido (por Yahveh). Otras derivaciones más sofisticadas son menos creíbles.

«Macabeo» (griego, makkabaios) es propiamente el sobrenombre del tercer hijo de Matatías de Modín (cf. 1 Mac 2, 4), que pasó luego a indicar a la familia de los asmoneos y, posteriormente, los libros que tratan de la lucha de liberación de los judíos de Palestina de manos de Siria, que ocupaba por entonces la región, lucha que llevaron adelante hasta el éxito final precisamente los asmoneos, particularmente Judas.

Los dos libros (1 Macabeos y 2 Macabeos) no son continuación uno del otro sino que cuentan en parte los mismos sucesos, aunque recogidos desde diversos ángulos y con una finalidad distinta. El primero comienza prácticamente por la sublevación (167 a.C.) contra las pretensiones de Antíoco 1V Epífanes de «deshebraizar» a los judíos para amalgamarlos mejor con el resto de su Imperio, y termina con el asesinato de Simón, - realizador de la independencia, el año 134 a.C. El segundo libro empieza el verdadero relato con el sacrilegio de Heliodoro bajo Seleuco 1V, hermano y predecesor de Antíoco, y termina con la derrota del :. . Nicanor, el año 160 a.C., general sIrIo poco antes de que muriera Judas en la batalla. 1 Macabeos, escrito originalmente en hebreo o en arameo, pero que ha llegado a nosotros en su versión griega, es de carácter encomiástico respecto a la familia asmonea, pero procede con seriedad histórica y buena documentación, llevando a cabO un relato a la altura de la tradición historiográfica de Israel. 2 Macabeos, escrito directamente en griego, se resiente del estilo patético, aficionado a la exuberancia narrativa y a una estrecha interacción entre el - mundo celestial y el mundo terreno. Desconocemos quiénes son los autores de los dos libros, pero del primero sabemos que resumió la obra en 5 volúmenes de Jasón de Cirene. La fecha de redacción suele ponerse para 1 Mac en torno al año 130 a.C.; para 2 Mac, alrededor del 120 a.C.

Los dos libros desean mostrar cómo el Dios de la alianza sigue guiando la historia de Israel y lo salva de los peligros que acechan a su identidad religiosa. El primero tiene los ojos vueltos a los instrumentos humanos, los asmoneos, presentados en la línea de los «salvadores» del pasado, y se muestra preocupado por la independencia, incluso política, como espacio para una realización más segura de su propia vocación. Al segundo le preocupa ante todo la santidad del templo, centro de la vida religiosa de Israel, y parece aliviado cuando se obtiene su purificación y cuando Dios defiende su santidad contra los impíos. Los dos libros son "Palabra de Dios» para el creyente católico, va que están recogidos en el canon propuesto por el concilio de Trento (cf. DS 1502), a pesar de que algunas Iglesias particulares y algún Padre de la Iglesia (por ejemplo, san Jerónimo) en los siglos 111-Y lo incluyeron en el número de los « deuterocanónicos». Por el contrario, los judíos y los protestantes no los consideran inspirados, lo cual constituye una dificultad para obtener algunas verdades (sobre el purgatorio, el sufragio por los difuntos, la intercesión de los santos) que se contienen en estos libros, especialmente en 2 Mac (cf. 12,28-45; 15,1 lss).

RENE GUENON2: (15 de noviembre, Blois, 1886 - 7 de enero, El Cairo, 1951), matemático, filósofo y metafísico francés. De profesión matemático, es conocido por sus publicaciones de carácter filosófico espiritual y su esfuerzo en pro de la conservación y divulgación de la Tradición Espiritual. Se le relaciona con Ananda Coomaraswamy, otro gran metafísico del siglo XX. René Guénon, gran estudioso de las doctrinas orientales y de las religiones, se esforzó por aportar a Occidente una visión no simplista del pensamiento oriental, especialmente de la India y por su defensa de las civilizaciones tradicionales frente a Occidente. Destaca su crítica a la civilización occidental desdepresupuestos metafísicos y no ideológicos ni políticos. El estudio de sus libros sobre el hinduismo es indispensable para todos aquéllos que quieran profundizar en dicha tradición.

René Guénon, hijo único de Jean-Baptiste, arquitecto, y de Anna-Léontine Jolly, nace en Blois el 15 de noviembre de 1886. Transcurre en esta ciudad una infancia y una adolescencia totalmente normales, recibiendo la primera educación de su tía materna, institutriz, y continuándola luego en la escuela de Notre-Dame des Aydes, conducida por religiosos. En 1902 pasa al Colegio Augustin-Thierry y al año siguiente se recibe de bachiller «ès lettres-philosophie».

En 1904 se dirige a París, para seguir un curso académico de matemáticas superior en el colegio Rollin. Sin embargo, en 1906 aproximadamente interrumpe sus estudios universitarios, a causa, se dice, de su salud, que según parece ya era bastante delicada desde la infancia. En el ínterin, se había establecido en la calle Saint-Louis-en-l’Ile nº 51, domicilio que mantuvo por varios años.

Después de la interrupción de los estudios académicos comenzó para René Guénon un período rico en encuentros y fecundo en escritos; sin embargo, es en extremo difícil recoger testimonios seguros sobre sus relaciones, complejas, y generadas frecuentemente por motivos que tenían una relación directa con el desarrollo de su obra escrita, en particular en su aspecto de clarificación y condena de las pseudo-doctrinas ocultistas y «teosofistas». En el período que va de 1906 a 1909 René Guénon frecuenta la «Escuela Hermética», dirigida por Papus, y se hace admitir en la Orden Martinista y en otras organizaciones colaterales. En el congreso espiritualista y masónico de 1908 en el que participa en calidad de secretario de despacho, entra en relación con Fabre des Essarts, «patriarca» de la «Iglesia Gnóstica», en la cual lleva el nombre de Synesius. René Guénon ingresa en esta organización con el nombre de Palingenius. Aquí conoce a dos personajes de notable apertura mental: Léon Champrenaud (1870-1925) y Albert Puyou, conde de Pouvourville (1862-1939), el primero entraría más tarde en el Islam con el nombre de Abdul-Haqq, el segundo un ex-oficial del ejército francés que durante su destino en Extremo Oriente había sido admitido -caso más bien único que raro para un occidental- en ambientes taoístas. Siempre en este mismo período se produce la formación de una «Orden del Templo», dirigida por Guénon; esta organización tendrá una vida breve, pero costará a su fundador el ser excluido de los grupos dirigidos por Papus. También es de este período la admisión de René Guénon a la Logia masónica Thébah, dependiente de la Gran Logia de Francia, del Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Es 1908 el año al que algunos hacen remontar el encuentro de Guénon con calificados representantes de la India tradicional.

En 1909 funda la revista La Gnose, donde aparecerán su primer escrito, titulado El Demiurgo, artículos sobre Masonería y, lo que es más importante en cuanto que demuestra cómo las doctrinas orientales ya habían sido completamente asimiladas por él en esta época (contaba entonces 23-24 años), las primeras redacciones de El Simbolismo de la Cruz, El Hombre y su devenir según el Vêdânta y Los principios del cálculo infinitesimal. A fines de 1910 conoce a John Gustaf Agelii, pintor sueco devenido musulmán con el nombre de Abdul-Hadi cerca de 1897, y vinculado al Tasawwuf (esoterismo islámico) por el Sheikh Abder-Rahmân Elish el Kebir. La revista La Gnose deja de publicarse en febrero de 1912. El 11 de julio del mismo año René Guénon se casa en Blois con la Srta. Berthe Loury y, siempre en este mismo año, entra en el Islam.

A los años 1913-1914 se remonta su encuentro con un hindú, el Swami Narad Mani, quien le procura una documentación sobre la «Sociedad Teosófica» que le servirá probablemente, en parte, para la redacción del estudio sobre la organización en cuestión. Entre los años 1915 a 1919 es suplente en el colegio de Saint-Germain- en-Laye, reside en Blois (donde muere su madre en 1917) y es profesor de filosofía en Sétif (Argelia). Retorna a Blois y luego a París.

En 1924 (y hasta 1929) da lecciones de filosofía en el curso Saint-Louis; en este año tiene lugar una conferencia de prensa en la cual participa junto a Ferdinand Ossendowski (polaco, autor de una crónica de viaje a través de Mongolia y el Tibet que había despertado un cierto interés algunos años antes), Gonzague Truc, René Grousset, y Jacques Maritain. También en 1924 aparece la obra Oriente y Occidente.

El año 1925 ve su colaboración con la revista católica Regnabit, dirigida por el R. P. Anizan, que le había sido presentado por el arqueólogo Louis Charbonneau Lassay, de Loudun (la colaboración con esta revista cesará pronto, en 1927).

El 15 de enero de 1928 fallece su esposa. En este mismo año comienza su colaboración regular con la revista Le voile d’Isis, la que desde 1933 tomará el título de Études Traditionelles.

En 1930 parte para El Cairo, donde se establecerá definitivamente, desposando en 1934 a la hija del Sheikh Mohammed Ibrahim, con la que tuvo cuatro hijos (dos varones y dos niñas), uno de ellos póstumo

El resto de su obra de clarificación doctrinal fue compuesta en el período de su estadía en Egipto, período que va de 1930 a 1951, año en el que muere, el día 7 de enero.

JUAN CARLOS DAZA3:

DICCIONARIO DE LA FRANCMASONERIA EDICIONES AKAL, S.A., 1997

Lengua: CASTELLANO
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788446007388
Nº Edición:1ª
Año de edición:1997
Plaza edición: TRES CANTOS

$41.50

BIBLIOGRAFIA: WIKIPEDIA, ENCARTA, www.esoterismo y masoneria