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martes, 17 de marzo de 2009

MASONERIA UNIVERSAL



Breve historia de la masonería universal

Nadie sabe a ciencia cierta cuándo o dónde se inició la masonería. Lo que sí sabemos es que la historia de la masonería está íntimamente ligada a la historia de los constructores, arquitectos y albañiles de la antigüedad.

Algunas personas creen, erróneamente, que la masonería es una fraternidad milenaria. Cuando los masones alcanzamos el tercer grado se nos dice que la masonería jugó un papel importante en la construcción del Gran Templo de Israel a cargo del rey Salomón, Hiram de Tiro e Hiram Abif. Algunos documentos masónicos van más allá y la sitúan en el antiguo Egipto, Grecia o Roma. Otros se han remontado a las caravanas de constructores bajo la tutela de los Papas y no pocos la relacionan con los Caballeros Templarios o los Rosacruces. ¡Incluso las Constituciones de Anderson se remontan a la era de Adán y Eva y pasan por Jesucristo hasta llegar a la Inglaterra del siglo XVIII! Todo esto es absolutamente falso. La masonería no existía ni remotamente por aquellos años, como tampoco existieron Adán y Eva, y la leyenda del Gran Templo no es sino una metáfora que diseñamos muchísimo después para ilustrar los principios y valores de la masonería. La Gran Logia Unida de Inglaterra, la primera institución masónica del mundo, lo ha aclarado hasta el cansancio.

De cualquier forma, la masonería es una fraternidad antiquísima. Los primeros indicios de su existencia se remontan al siglo XIII, época en que algunos albañiles (en francés, maçons) comenzaban a independizar sus gremios de la tutela de los benedictinos. Los nuevos gremios, algo así como los sindicatos de la actualidad, monopolizaban la construcción de las catedrales y los castillos, que a su vez eran los proyectos más lucrativos de la época. Para descansar se reunían en chozas o talleres (en francés, loges) en donde a su vez llevaban a cabo sus juntas y reuniones. Como era común en esos años, los gremios adoptaron ceremonias y rigurosos procesos de admisión y selección para proteger sus técnicas y conocimientos de albañilería y construcción del gótico. Asimismo, los conocimientos eran impartidos de acuerdo a su jerarquía en las obra: maestro, compañero o aprendiz. Dada su relación con la Iglesia, basaron todos sus ceremoniales en la Biblia, y dado que eran constructores, recurrían frecuentemente al único pasaje bíblico que detalla un proceso de construcción: la construcción del Templo de Salomón.

Con el tiempo los gremios se fueron creciendo y diseminando en varias ciudades. Como no existían los certificados ni las membresías, comenzaron a adoptar palabras que les permitían comprobar su jerarquía en otra ciudad. De esta forma, si alguno de ellos decidía emigrar a otra parte sólo tenía que entrar en contacto con alguien de su jerarquía en el gremio y hacerle saber la palabra secreta, lo que le aseguraba entrar con un mejor sueldo que el de aprendiz y no estar en observación por varias semanas.

A finales del siglo XVI los gremios estaban a punto de desaparecer tras la entrada del estilo renacentista que los había sacado del mercado. Deseosos de conservar su organización, dado que la fraternidad no solo les ofrecía seguridad en el empleo sino un estatus en la sociedad, comenzaron a adoptar miembros honorarios, personas ricas e influyentes que aceptaban entre sus filas y que les servían de tutela y protección frente a la nueva competencia. Dado que ya no sólo se componían de constructores, los gremios comenzaron a identificarse como Fraternidad de los Masones Libres y los Aceptados, mismo que ha conservado hasta la actualidad. Una de las primeras evidencias de esta evolución es el diario de Elías Ashmole, el fundador del Ashmolean Museum de la Universidad de Oxford, que en 1646 detalla su iniciación en la casa de su suegro en Warrington.

La fraternidad fue evolucionando con el paso del tiempo. Dado que las políticas y procesos de selección eran muy rigurosos y el nivel cultural de los miembros era alto en comparación con los estándares de aquella época, pronto se convirtieron en el destino favorito de los intelectuales, mismos que al pasar a formar parte de la masonería obtenían el respaldo de un grupo influyente en la comunidad y la tranquilidad de poder discutir cualquier tema sin miedo a filtraciones o represalias de las autoridades civiles o religiosas debido al juramento de secrecía que se practicaba.

Ya para el siglo XVIII la composición de la fraternidad había cambiado por completo. Los miembros dedicados a la construcción habían pasado a ser la minoría y los intelectuales habían asumido el control de la organización. El 24 de junio de 1717 cuatro logias de Londres acordaron reunirse en la Goose and Gridirion Alehouse (la Taberna del Ganso, destruida en 1894) para formar la primera institución formal que regiría a la fraternidad en lo sucesivo: La Gran Logia Unida de Inglaterra. Tres de esas cuatro logias fundadoras sobreviven en la actualidad: Antiquity No. 2, The Lodge of the Rummer and Grapes (ahora llamada Royal Somerset House and Inverness Lodge No. 4) y The Lodge at the Apple Tree Tavern (ahora llamada Lodge of Fortitude and Old Cumberland No. 12).

Como era de esperarse, la creación arbitraria de una institución directora de toda la masonería no fue bien recibida por todos y en 1751 se fundó en Londres una segunda gran logia: La Gran Logia de Antiguos, Libres y Aceptados Masones, idéntica a la primera pero con un ceremonial distinto para el grado de Maestro. Los partidarios de la nueva gran logia se hacían llamar antiguos porque decían representar fielmente los principios de la fraternidad original. Los partidarios de la primera institución fundada en 1717 pasaron a llamarse, irónicamente, los modernos. Ya para esas fechas se habían reclutado a destacados personajes y miembros de la nobleza europea y en 1786 uno de ellos, Federico II de Prusia, encabezó el primer intento de unificación de la fraternidad al proponer un reglamento, ceremonial y estructura de grados muy completos pero basadas ampliamente en la religión Cristiana, lo cual impedía o dificultaba el acceso a la orden a personas de otra religión.

Sin embargo, la rivalidad entre ambas terminó en 1813 con la reforma a la Gran Logia original, misma que pasó a llamarse Gran Logia Unida de Inglaterra de Masones Antiguos, Libres y Aceptados. Al unificarse acordaron crear una Logia de Reconciliación que durante 2 años recibió propuestas de ceremoniales y estándares de todas las logias. En 1816 la Logia de Reconciliación presentó su propuesta final de liturgias y estándares completamente laicos. Desde entonces se acordó reconocer a la Gran Logia Unida como autoridad rectora de la masonería a nivel mundial, y es ella quien reconoce y da legalidad a las demás grandes logias del mundo. A partir de esa fecha la fraternidad ha crecido de forma estandarizada (las logias y grandes logias que siguen esos estándares se denominan regulares y son las únicas logias oficiales) de tal forma que en la actualidad se encuentra presente en casi todos los países de la Tierra y su lista de miembros abarca millones de personas que, día con día, se reúnen para ejercer su libertad de expresión, aprender, y recabar fondos para la institución filantrópica más grande del mundo.

Fuentes: (1987) La Enciclopedia de México y la Gran Logia Unida de Inglaterra.

ATTE.: VICTOR HUGO VIDAL BARRIOS

M.: M.: LOG.: UNION FRATERNAL Nº 45-1 VAL.: DE CIENAGA MAGDALENA.



LA MASONERIA UNIVERSAL



Breve historia de la masonería universal

Nadie sabe a ciencia cierta cuándo o dónde se inició la masonería. Lo que sí sabemos es que la historia de la masonería está íntimamente ligada a la historia de los constructores, arquitectos y albañiles de la antigüedad.

Algunas personas creen, erróneamente, que la masonería es una fraternidad milenaria. Cuando los masones alcanzamos el tercer grado se nos dice que la masonería jugó un papel importante en la construcción del Gran Templo de Israel a cargo del rey Salomón, Hiram de Tiro e Hiram Abif. Algunos documentos masónicos van más allá y la sitúan en el antiguo Egipto, Grecia o Roma. Otros se han remontado a las caravanas de constructores bajo la tutela de los Papas y no pocos la relacionan con los Caballeros Templarios o los Rosacruces. ¡Incluso las Constituciones de Anderson se remontan a la era de Adán y Eva y pasan por Jesucristo hasta llegar a la Inglaterra del siglo XVIII! Todo esto es absolutamente falso. La masonería no existía ni remotamente por aquellos años, como tampoco existieron Adán y Eva, y la leyenda del Gran Templo no es sino una metáfora que diseñamos muchísimo después para ilustrar los principios y valores de la masonería. La Gran Logia Unida de Inglaterra, la primera institución masónica del mundo, lo ha aclarado hasta el cansancio.

De cualquier forma, la masonería es una fraternidad antiquísima. Los primeros indicios de su existencia se remontan al siglo XIII, época en que algunos albañiles (en francés, maçons) comenzaban a independizar sus gremios de la tutela de los benedictinos. Los nuevos gremios, algo así como los sindicatos de la actualidad, monopolizaban la construcción de las catedrales y los castillos, que a su vez eran los proyectos más lucrativos de la época. Para descansar se reunían en chozas o talleres (en francés, loges) en donde a su vez llevaban a cabo sus juntas y reuniones. Como era común en esos años, los gremios adoptaron ceremonias y rigurosos procesos de admisión y selección para proteger sus técnicas y conocimientos de albañilería y construcción del gótico. Asimismo, los conocimientos eran impartidos de acuerdo a su jerarquía en las obra: maestro, compañero o aprendiz. Dada su relación con la Iglesia, basaron todos sus ceremoniales en la Biblia, y dado que eran constructores, recurrían frecuentemente al único pasaje bíblico que detalla un proceso de construcción: la construcción del Templo de Salomón.

Con el tiempo los gremios se fueron creciendo y diseminando en varias ciudades. Como no existían los certificados ni las membresías, comenzaron a adoptar palabras que les permitían comprobar su jerarquía en otra ciudad. De esta forma, si alguno de ellos decidía emigrar a otra parte sólo tenía que entrar en contacto con alguien de su jerarquía en el gremio y hacerle saber la palabra secreta, lo que le aseguraba entrar con un mejor sueldo que el de aprendiz y no estar en observación por varias semanas.

A finales del siglo XVI los gremios estaban a punto de desaparecer tras la entrada del estilo renacentista que los había sacado del mercado. Deseosos de conservar su organización, dado que la fraternidad no solo les ofrecía seguridad en el empleo sino un estatus en la sociedad, comenzaron a adoptar miembros honorarios, personas ricas e influyentes que aceptaban entre sus filas y que les servían de tutela y protección frente a la nueva competencia. Dado que ya no sólo se componían de constructores, los gremios comenzaron a identificarse como Fraternidad de los Masones Libres y los Aceptados, mismo que ha conservado hasta la actualidad. Una de las primeras evidencias de esta evolución es el diario de Elías Ashmole, el fundador del Ashmolean Museum de la Universidad de Oxford, que en 1646 detalla su iniciación en la casa de su suegro en Warrington.

La fraternidad fue evolucionando con el paso del tiempo. Dado que las políticas y procesos de selección eran muy rigurosos y el nivel cultural de los miembros era alto en comparación con los estándares de aquella época, pronto se convirtieron en el destino favorito de los intelectuales, mismos que al pasar a formar parte de la masonería obtenían el respaldo de un grupo influyente en la comunidad y la tranquilidad de poder discutir cualquier tema sin miedo a filtraciones o represalias de las autoridades civiles o religiosas debido al juramento de secrecía que se practicaba.

Ya para el siglo XVIII la composición de la fraternidad había cambiado por completo. Los miembros dedicados a la construcción habían pasado a ser la minoría y los intelectuales habían asumido el control de la organización. El 24 de junio de 1717 cuatro logias de Londres acordaron reunirse en la Goose and Gridirion Alehouse (la Taberna del Ganso, destruida en 1894) para formar la primera institución formal que regiría a la fraternidad en lo sucesivo: La Gran Logia Unida de Inglaterra. Tres de esas cuatro logias fundadoras sobreviven en la actualidad: Antiquity No. 2, The Lodge of the Rummer and Grapes (ahora llamada Royal Somerset House and Inverness Lodge No. 4) y The Lodge at the Apple Tree Tavern (ahora llamada Lodge of Fortitude and Old Cumberland No. 12).

Como era de esperarse, la creación arbitraria de una institución directora de toda la masonería no fue bien recibida por todos y en 1751 se fundó en Londres una segunda gran logia: La Gran Logia de Antiguos, Libres y Aceptados Masones, idéntica a la primera pero con un ceremonial distinto para el grado de Maestro. Los partidarios de la nueva gran logia se hacían llamar antiguos porque decían representar fielmente los principios de la fraternidad original. Los partidarios de la primera institución fundada en 1717 pasaron a llamarse, irónicamente, los modernos. Ya para esas fechas se habían reclutado a destacados personajes y miembros de la nobleza europea y en 1786 uno de ellos, Federico II de Prusia, encabezó el primer intento de unificación de la fraternidad al proponer un reglamento, ceremonial y estructura de grados muy completos pero basadas ampliamente en la religión Cristiana, lo cual impedía o dificultaba el acceso a la orden a personas de otra religión.

Sin embargo, la rivalidad entre ambas terminó en 1813 con la reforma a la Gran Logia original, misma que pasó a llamarse Gran Logia Unida de Inglaterra de Masones Antiguos, Libres y Aceptados. Al unificarse acordaron crear una Logia de Reconciliación que durante 2 años recibió propuestas de ceremoniales y estándares de todas las logias. En 1816 la Logia de Reconciliación presentó su propuesta final de liturgias y estándares completamente laicos. Desde entonces se acordó reconocer a la Gran Logia Unida como autoridad rectora de la masonería a nivel mundial, y es ella quien reconoce y da legalidad a las demás grandes logias del mundo. A partir de esa fecha la fraternidad ha crecido de forma estandarizada (las logias y grandes logias que siguen esos estándares se denominan regulares y son las únicas logias oficiales) de tal forma que en la actualidad se encuentra presente en casi todos los países de la Tierra y su lista de miembros abarca millones de personas que, día con día, se reúnen para ejercer su libertad de expresión, aprender, y recabar fondos para la institución filantrópica más grande del mundo.

Fuentes: (1987) La Enciclopedia de México y la Gran Logia Unida de Inglaterra.

ATTE.: VICTOR HUGO VIDAL BARRIOS

M.: M.: LOG.: UNION FRATERNAL Nº 45-1 VAL.: DE CIENAGA MAGDALENA.

FISICA CUANTICA



FISICA CUANTICA:

Introducción

¿Cómo se me ocurrió esta idea de escribir acerca de este tema?

Desde que tengo conciencia de mis inclinaciones científicas, me fui magnetizando por la interconexión que se manifestaba entre lo grandioso: el cosmos y lo ultra pequeño, el mundo atómico, y por la búsqueda constante que siempre existió entre los hombres de llegar a conocer cuáles son los bloques últimos que componen todas las cosas que vemos y las que no vemos también. Esta situación, secundada por disponer de sed de conocimiento, me llevó a buscar con cierto interés lecturas que, si bien en sí mismas muchas veces me resultaban complejas e incomprensibles, producían en mí, al intuir una idea o concepto complejo, una rara sensación de tranquilidad. Hoy en día gracias a la busqueda interior primero, para luego tratar de comprender el universo exterior, meditaciones adquiridas a lo largo de mi actividad masónica, comprometido con mi Columna B y con el taller en general, me propuse iniciar estos talleres, no sin antes advertirles que tienen la sencillez de un hermano, que al mismo tiempo trata de aprender con vosotros este interesante tema: La Física Cuántica.

Pienso que cuando uno intenta poner por escrito las ideas, las mismas se van clarificando en la mente del escritor, o al menos eso parece ya que de tanto jugar con los conceptos por más abstractos que estos sean, el entendimiento se familiariza con los mismos y los acepta a pesar de su complejidad, como naturales y fáciles.

Por otra parte por algún motivo, desconocido para mí, percibo con cierta fuerza una relación entre estos conceptos científicos y la fe en el Gran Arquitecto Creador; como también percibo lo que el filósofo George Steiner mencionaba: “creo que en las ciencias se puede encontrar una moral de la verdad, y la Verdad está en Dios.” Iniciemos el desarrollo temático de esta interesante fisica que aunque nueva, tiene más de 100 años.

¿Por qué cuántica?

Albert Einstein dio una buena explicación y analogía con la vida real acerca del significado de la palabra cuántica y cuantos. En su libro “La física, aventura del pensamiento” dice por ejemplo que en una mina de carbón la producción puede variar en un modo continuo, si aceptamos cualquier unidad de medida por mas pequeña que sea. Entonces podríamos decir que se produjo 1 granito más de carbón que ayer. Lo que no podemos hacer es expresar la variación de personal en forma continua, no tiene sentido hablar de que se aumentó el personal en 1,80 personas, es decir la medida de la cantidad de personal es discreta y no continua. Otro ejemplo, una suma de dinero solo puede variar de a saltos, discontinuamente. La unidad mínima para el dinero es el centavo. Decimos entonces que ciertas magnitudes cambian de una manera continua y otras de una manera discontinua o discreta, o sea por cantidades elementales o pasos que no pueden reducirse indefinidamente. A estos pasos mínimos e indivisibles, se los llama cuantos elementales de la magnitud en cuestión. Es cierto que al aumentar la precisión de cómo se realizan las medidas de cualquier tipo de magnitud, unidades que se consideraban indivisibles dejen de serlo y adoptan un valor aun menor. O sea ciertas magnitudes que se consideran continuas pueden tener una naturaleza discreta.

En física, ciertas magnitudes consideradas por muchos años como continuas, en realidad están compuestas de cuantos elementales. La energía es una de estas magnitudes que al estudiar los fenómenos del mundo de los átomos, se detecto que su naturaleza no era continua sino discreta y que existe una unidad mínima o cuanto elemental de energía. Este fue el descubrimiento de Max Planck con el que se inicia la teoría cuántica.

Cuanto o quantum utilizado como un sustantivo se refiere a la cantidad más pequeña de algo que es posible tener. En el mundo de la física clásica existe el concepto de que todos los parámetros físicos como por ejemplo la energía, la velocidad, la distancia recorrida por un objeto, son continuos. Para entender que es esto de continuos, pensemos en el termómetro que mide la temperatura, cuando vemos que la misma aumenta en un grado en realidad aumento primero en una décima de grado y así siguiendo antes en una millonésima de grado etc., etc. Es decir el proceso de aumento de temperatura que medimos con el termómetro decimos que es continuo. Bien en el mundo de la física cuántica esto no es así, en concreto cuando Max Planck estudió como se producía la radiación desde un cuerpo incandescente, su explicación fue que los átomos que componen el cuerpo incandescente, cuando liberaban energía en forma de radiación, lo hacían no en forma continua, sino en pequeños bloques a los que él denominó cuantos de energía. Lo extraño de todo este proceso o de la explicación de Planck es que no existen posiciones intermedias, es decir no existen medios cuantos o un cuarto de cuanto. Es como si en el caso del termómetro no existiera la fracción de grado, simplemente la temperatura que está en 20º pasa de golpe a 21º. Decimos extraño porque lo que el sentido común indica es que la temperatura de un objeto aumenta cuando este recibe calor/energía; si el cuerpo está en 20º y le doy calor en una pequeña cantidad, no será suficiente para que aumente en un grado a 21º pero si para que algo aumente. En el mundo cuántico es como si esas pequeñas cantidades se van almacenando en algún lugar sin manifestarse de ninguna forma (sin aumento de temperatura del cuerpo), para que de repente cuando la cantidad de calor transmitida alcanzó un valor tal que el termómetro muestra ahora sí un aumento de 1º, marcando 21º. ¿Qué pasó en el medio? Bueno esto que si bien no ocurre en el caso de la temperatura sino que es solo una analogía para entender, es lo que efectivamente ocurre en el mundo cuántico. Todas las partículas que componen el universo físico se deben mover en saltos cuánticos. Un cuerpo no puede absorber o emitir energía luminosa en cualquier cantidad arbitraria sino solo como múltiplos enteros de una cantidad básica o cuanto. Volviendo a la extrañeza de estos fenómenos, imaginemos por un momento otra analogía: estamos arrojando piedras en un estanque de agua tranquilo. El sentido común dado por la experiencia que acumulamos en el tiempo nos dice que al hacer esto se producirán ondas en el estanque que son producto de la energía que la piedra transmitió al caer al agua. Un estanque cuántico, se comportaría de diferente forma, al arrojar una o varias piedras nada ocurrirá, y de repente sin que medie ninguna conexión entre la causa (arrojar piedras) y el efecto (se generan ondas en la superficie), el estanque comenzará a vibrar con ondas, hasta que de repente se tranquilizará nuevamente por mas que en ese momento estemos lanzando piedras. Si todas las piedras son del mismo tamaño, y arrojadas desde la misma altura, entregarán al caer la misma cantidad de energía al agua. Si dicha cantidad de energía resulta ser inferior al cuanto de energía, entonces debemos arrojar mas de una piedra para iniciar el movimiento.

Quiero recalcar la extrañeza de este fenómeno, llamando la atención sobre el hecho de que el cuanto no es una cantidad que pueda subdividirse, es decir, el concepto de continuidad pierde significación, entre 0 y el cuanto no existe nada. Son estados que la naturaleza no permite. Esta es la característica esencial del descubrimiento de Planck al estudiar los fenómenos llamado radiación del cuerpo negro (tema que se desarrollará mas adelante): existe un límite inferior al cambio de energía (absorción o emisión de energía en forma de luz) que un átomo puede experimentar.

Fraternalmente:

VICTOR HUGO VIDAL BARRIOS

Seg .: vig.: log.: Unión Fraternal Nº 45-1

Valle de Ciénaga