Powered By Blogger

lunes, 10 de junio de 2019

¿QUE SE SABE SOBRE EL PROMETEO DE LA LIBERTAD DE RODRIGO ARENAS BETANCOURT?


Después de consultar minuciosamente  lo que hay escrito sobre esta simbólica obra de Rodrigo Arenas Betancourt, esto es lo más coherente que existe. Consultando además con los distintos pobladores de Ciénaga, se escuchan muchos conceptos, siendo el que a continuación escribo el que más corresponde a la realidad histórica.
Muchos afirman que la estatua del negro en el centro de la plazoleta de los mártires, en Ciénaga, Magdalena, ha levantado durante años controversias porque representa,  a uno de los obreros  de Haití, de donde se le pidió al escultor Rodrigo Arenas Betancourt que la hiciera,  pero por cuestiones económicas no tenían como cancelarla. No así con el prototipo del trabajador nuestro. Los historiadores coinciden además, en que la población negra era entonces minoritaria. Y algunos  han mirado con escepticismo la casi desnudez de la figura, que no tiene relación con el ropaje característico de los trabajadores bananeros de los años veinte.
La realidad puede resultar algo compleja. La escultura, comisionada al escultor Rodrigo Arenas Betancourt, es en realidad un trabajo que en principio iba a ser instalado en Haití, como lo mencioné arriba, para recordar a los esclavos de la colonia. Pero la talla nunca salió de la bodega debido a discrepancias en la isla sobre los rasgos de la figura y la carencia de dinero para pagarla. El artista había utilizado como modelo a un joven chocoano de la Universidad de Antioquia.
A finales de los años setenta (1.978) llegó una delegación de representantes sindicales cienagueros a Medellín y hablaron con el escultor, interesados en encargar un monumento para conmemorar medio siglo de los hechos.
El presupuesto de los pobladores del Magdalena era ajustado. Arenas Betancourt, que era un tipo de ideas de  izquierda, decidió colaborar con la causa y a cambio el pueblo cienaguero tuvo que recolectar muchísimas llaves para compensar el volumen en metal que el artista había gastado en la obra que iba para Haití, de esta manera recuperaba material de trabajo para una nueva obra suya, y la talla de ese negro en posición de grito de lucha que estaba almacenado en su taller con los brazos abiertos , como rompiendo una cadena, fue complementada, por sugerencia de los negociadores, con la añadidura  de un machete o “chambelona” en su mano derecha, el cual es muy desproporcionado en pequeñez, respecto a la gigante mole. Aun así el  problema fue resuelto.
El Prometeo de la Libertad, como fue bautizado, fue empotrado sobre rieles donados por los sindicatos de trabajadores del magdalena, inaugurado en 1978 en el mismo punto donde se encontraba la antigua estación del ferrocarril.
De hecho no se parece en nada a la fisionomía característica del tipo de obrero, de nuestros campesinos que trabajaban en las diferentes fincas bananeras de la United Fruit Company. Como tampoco su escasa vestimenta, porque acá en nuestra cultura magdalenense nunca usamos el guayuco, los trabajadores empleaban unas franelas mangas largas, llamadas “amansa loco”, unos pantalones recogidos en su base y un sombrero para el ardiente sol.
Atte:
VICTOR    HUGO   VIDAL    BARRIOS
Odontólogo esteticista, Escritor, pintor y poeta.
Instagram:  victorhugovidalb




Bibliografía:
Banana Republic of Ciénaga
Ochenta años sin olvido de la United Fruit Company y la huelga y masacre de 1928
Olmo Uscátegui Ramírez
Trabajo de gradopara optar por el título deAntropólogo
Dirigido por Julio Arias Vanegas
Pontificia Universidad Javeriana
Facultad de Ciencias Sociales
Departamento de Antropología
Bogotá, febrero de 20122

   Ver: Página 23

“Por último, el tercer aspecto tiene que ver con una historia sobre el destino original del monumento, la cual menciona que el maestro Rodrigo Arenas Betancourt realizó la obra para conmemorar el aniversario de la revolución haitiana, pero la estatua nunca salió hacia este país del Caribe y en la coyuntura de los cincuenta años de la masacre el artista la donó a Ciénaga. Sobre este aspecto, el debate alrededor se compone por un lado de críticas a que éste no fue realizado pensando en las bananeras y por ello, se asume, que tampoco es representativo de la población del municipio.”